Steno, nombre artístico de Stefano Vanzina, fue uno de los directores más prolíficos y eclécticos de la escena italiana. Junto con Monicelli, Risi y Comencini, figura entre los padres de la comedia a la italiana.

Trabajó con muchos de los mayores talentos del cine italiano, desde Totò a Aldo Fabrizi, Alberto Sordi, Sophia Loren, Ugo Tognazzi y Monica Vitti. Sus películas se caracterizan por una ironía irreverente, una mirada desencantada que, sin moralizar ni juzgar, dibujó un retrato honesto de la sociedad italiana y su cambio a lo largo de 30 años, de los 50 a los 80.

En 1954 tuvo la intuición que llevó al éxito a Alberto Sordi, primero con un episodio de Un giorno in pretura y después con Un americano en Roma: el actor romano, que hasta entonces no había conseguido triunfar en la gran pantalla, fue finalmente valorado precisamente por su mordaz comedia regalándonos la ya legendaria escena de la pasta con la frase "Maccarone, m'hai provocato e io me te magno!", que ha pasado a formar parte de la cultura popular italiana.

Prolífico hasta su muerte, dejó su herencia cinematográfica en manos de sus dos hijos, ambos ya con éxito en el mundo del cine y la televisión.